jueves, 22 de noviembre de 2007

Cuando te tengo. Cuando te beso.


- La forma de tu boca. Tu envolvente besar. El olor de tu cuello. Tu mirada profunda.

- Tu tierna rudeza. Lo desbocado de tu beso. Tu abrazo de niño, y tu singular entrega.

Con la noche cayendo. El vino en las venas. Sus cuerpos desnudos y la ventana abierta.

- Me das lo que siempre había soñado. Me quitas lo malo, lo amargo.

- Nos mostramos lo negro, lo oscuro. Y aún así... nos seguimos amando.

Esta vez se escuchan voces. El mundo está despierto y ellos llenándose de versos.

- Esta línea perfecta, donde mi dedo te recorre, la sueño sin ti y la adoro en mis noches.

- Ese gesto analítico, sensual, de persona grande, me mantiene en tus brazos, buscando refugio. Buscando el grito, el gemido y el orgasmo junto a ti.

El calor se condensa y hay vapores de besos. Empiezan su danza de nuevo. La mano y el muslo. El dedo y la boca. El labio y sus dientes. Un súbito despertar del motor que circunda y da maravillas, y que brinda espasmos, sudores y alaridos de fuego.

-
¿te gusta?

- Todo el espacio, la luz, el centro de ti.

- ¿te muevo?

- El día, el suspiro, mis piernas y boca.

- ¿me sientes?

- Con el pecho encendido, abierto para ti. Con tu vida y el cariño que esperabas y yo te di.

- ¿me quieres?

- Con la letra oculta, el miedo derribado. Con mis errores y tus defectos. Con miss viajes tristes y tus fantasías castradas.

- ¿ahora?

- Si, ven. Con la última gota. Con tus ojos viéndome. Mi boca recibiendo y la tuya ahogando el grito.

El golpe en la pared. Todo se mueve. El silencio se rompe.

-
Cuando te tengo...
- Cuando te beso...

- Existe un momento....
- Shhh... no digas nada.


Y con vino... pasa el tiempo.

Escrito el 19/11/07

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