miércoles, 21 de noviembre de 2007

Te estaba esperando...

Te estaba esperando...



-Te estaba esperando. –dijo ella.
Él, a pesar de no ver por la oscuridad de la habitación, sabía que estaba allí. Ella, tan perfecta, maravillosa. En realidad, exquisita.

Caminó hacía adelante, por instinto, dejándose guiar por su perfume. Cerró los ojos mientras inhalaba. Si, estaba allí, como lo prometió.

Exhaló.

Su mano en el pecho lo detuvo en el acto. Logró visualizarla, pero más que eso, la olía, la sentía. La tenue luz de afuera se colaba un poco, y gracias a eso pudo verle los ojos, su boca –tan sensualmente roja-, su lunar, su cuello… sus senos. Era ella. Esta vez no había que esperar, ni disimular. Sólo sentir, como dijeron que lo harían.

- No te muevas. Déjame esta vez. No hay prisa. Hoy tenemos tiempo. –susurró ella en su oído derecho.
Suspiró.

A sus espaldas, ella hacía de las suyas con su lengua en el cuello de él.
Sus ojos apretados, sus manos tratando de tocarla y aquel hormigueo en su pierna que estaba empezando a subir.

No pudo más.
Se volteó y la apretó con un beso. La poca ropa que llevaba le facilitó el recorrido por sus muslos, sus glúteos, su espalda. La cargó. Ella lanzó un leve gemido. Se aferró fuerte a su cuello, lamiéndolo, chupándolo. ¡Cuantas veces se había cohibido!

Esta vez eres mío. Pensó.

1 comentario:

More dijo...

Amiiga: excelente relato, lleno de erotismo, magia y seducción. Excelente!!
Cuidado con los spam, eh.
Saludos desde Valencia.