domingo, 30 de diciembre de 2007

Armas, golpes y miedo


El camino no es pedregoso pero te empeñas en abrirle huecos.

Yo, sentada al lado del asfalto, acomodo mis armas.

Ten, te presto el puñal de la última batalla.

Insistes en saltar sobre el camino, escupirlo y ensuciarlo.

Y lo que detesto es que no hay nadie a quién pedir ayuda.


Gritas estruendosamente, con tu cara enrojecida y los puños apretados.

Mientras mi calma de niña grande, te observa con cautela, burlándose de ti.

Te me acercas rápidamente con ganas de matarme.

Me levantas de mi asiento y me sostienes causándome dolor.

Mi inexplicable sumisión te sigue irritando, hasta que sin aviso te apuñalo.

-lo siento, guardé otro por si acaso-


Sangras y te gusta.

Te veo y me enmudezco.

Una cachetada a mi rostro, me advierte que esto será largo y doloroso.

Te empujo y te alejas, con una sonrisa en tu cara.

Te acercas de nuevo y me pateas.

Caigo sin decir nada.

Me limpio la rabia, que dejaste con tu puño.

Me levanto y te observo.

-no soy buena con las palabras-


Me retas, me gritas. Me dices que me aleje.

Me odias, se te nota. De la misma manera en que me amas.

Yo, con todo el poderío que me dio mi última caída, te exijo ser hombre y enfrentarme.

Tú, burlándote de mi, me dices que me falta el carácter, el entusiasmo y la sangre.

-y sigues pateando el camino, escupiéndolo sin sentido-


Llorando de rabia y con pena, interpones entre ambos una inmensa espada

-mis armas en el suelo ya son pocas.-.

Yo suelto el puñal en la arena, mirándote fijo y sin luchar.

Justo cuando corres y me atraviesas alcanzo a decirte:

Te amo. Me amas. Deja el miedo. Enfréntalo. Yo no soy uno de tus fantasmas.


Escrito el 16/12/07

1 comentario:

tallarin cervecero dijo...

un buen texto para empezar bien el año.
saludos.