viernes, 1 de febrero de 2008

Contemplación


Comprendo que sin sus ojos

los míos se vuelven lluvia.

-se vuelven agua-


Odio saber que sin el aire pesado de su cuarto

mi piel se desgasta.

Hasta grita.

-se derrama-


Yo entonces, contemplo.

Allí, desde mi esquinita.

Me gusta ser espectadora.

Y por ese raro oficio

-de mujer que mira y devora-

le he descubierto gestos,

maneras,

cicatrices,

tristezas,

golpes,

fetiches,

_Y sonrío de lado mientras no se da cuenta.


Yo, que he sido víctima de mis propios ojos

-Y de mi lengua que resbala-

me concentro esta vez en reflexionarle el gusto

-el gesto-

para luego pararme en sus manos

-ser pequeñita y amaestrada-

y mirarlo fijo

sin analizar nada.


Porque verlo de soslayo

-fingiendo ignorarlo-

me abre una brecha infinita

-delgada, chiquita-

en todo mi pecho, en todo mi espacio.

Y como soy amante del dolor

-del que raspa y arde-

soy capaz de mirarlo una noche,

tan muda y cobarde,

y callarme…

callarme el amarle.

Lunes 24/12/07

1 comentario:

Anónimo dijo...

Andi, tu expresion es infinita, inexplicable y perfecta, me encanta como lo haces, como se lee, como se escucha, como se imagina...
Eres increible nena...