Porque me levantaré desde la alegría,
el agradecimiento,
y la abundancia.
Porque no hay culpa,
sino asumir responsabilidades.
Y cuando uno asume se levanta,
no se queda hundiéndose en el llanto.
Cuidaré mis estrellas,
la que soy cuando no me ven,
y la devolveré a tierra.
Me vestiré bonito,
de flores,
de ganas de seguir.
Lo que se fracturó,
se vendará.
"No lo muevas", dice el doctor.
Hay heridas que se cierran
y más nunca se abren.
Otras que hay que ir acomodando
cada tanto.
Yo, sin pretender,
ni aferrarme,
ni presionar -sólo sanar-
pediré ayuda a mi ángel de alegría.
Y empezaré a conocerme,
a devolverme y decir lo que no he dicho.
Y luego del proceso,
quizá te vea por un huequito,
saludaré con mi mano y mi gesto de niña.
Y sólo daré mis gracias sentidas.
Porque el camino que no mata,
ayuda,
y te hace seguir
y decir
que el impulso de vida
puede más que la urgencia de muerte.
"Cuida bien tus estrellas, mujer,
cuida bien tus estrellas...
y que nunca las pierdas"
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