Voy a regalarle mi garganta a ese niño que vive en la esquina.
Que juegue con mis verbos, ruiditos y aire.
Con todas las frases que coleccioné y ya no sirven.
Que se alimente de la saliva que no me preocupé en gastar
y de todos los gritos que mataron mis flores.
Porque quizás el pueda hacer canciones que valgan la pena
o pronunciarse ante la vida.
Que haga puentes de sonido por donde pasen
sus sueños de calle sucia y sola.
Que construya su guitarra salvadora con mis cuerdas vocales.
Le regalo esta garganta y todos sus instrumentos porque…
¿Para qué conservar algo que jamás se usó a tiempo?
Viernes
11.07.08
2 comentarios:
Caminando me toco ver la escena, y me encontré contigo entregando tu garganta.
Tú garganta, tu misma que jamás llegastes a tiempo, el niño con su nuevo jueguete violento y desnudo...tú eres todo eso como la ausencia de un ejercito conquistador.
Pero cualquier guerrero muere de frío, tu palabra no.
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