No me muevas la silla que me caigo.
Yo bailo triste y sola con la copa en la mano.
Mi vestido dorado recogido en la basura,
me da un aire nostálgico, pero sublime.
Yo me sigo moviendo en círculos y sin vida.
Tú en cambio, mirándome de cerca,
me vigilas como un soldado.
La risa en tu cara y la crueldad en tus ojos.
No patees mi silla.
El suelo no me aguantará,
y cuando me caiga,
me partiré en cuarenta pedazos
en forma de caramelos.
Yo juego con mi copa
y me emborracho el pensamiento.
Mañana con mi resaca te diré que te vayas.
Escrito el 19/10/07
1 comentario:
...Yo juego con mi copa
y me emborracho el pensamiento.
Mañana con mi resaca te diré que te vayas.
A veces no queda otra que engañar al pensamiento.
Bs.
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