el sacerdote ateo palmea el hombro al proxeneta evangélico que brinda unos güisquis al bohemio abstemio que le palmea el hombro al militar anarquista que felicita al comunista empresario que confía todo al político honesto que paga bajo la mesa al periodista imparcial que se ríe con el idólatra iconoclasta que le da un beso a la reina de belleza feminista que fornica con la lesbiana homofóbica que le cree todo al dictador demócrata que declara que la situación es de completa normalidad
3 comentarios:
Lo sabemos, es así.
Tu poema me recuerda este, de mi autoría:
en completa normalidad
el sacerdote ateo
palmea el hombro
al proxeneta evangélico
que brinda unos güisquis
al bohemio abstemio
que le palmea el hombro
al militar anarquista
que felicita
al comunista empresario
que confía todo
al político honesto
que paga bajo la mesa
al periodista imparcial
que se ríe con
el idólatra iconoclasta
que le da un beso
a la reina de belleza feminista
que fornica con
la lesbiana homofóbica
que le cree todo
al dictador demócrata
que declara que la situación
es de completa normalidad
Maestras poetas, ¡qué horror! ¡Qué necesario!
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